Vivero de plantas al por mayor

En esta entrada de nuestro blog, vamos a recorrer todos los elementos que forman un vivero de plantas al por mayor. Del latín vivarium, un vivero es una instalación agronómica donde se cultivan, germinan y maduran todo tipo de plantas. Estos cuentan con diferentes clases de infraestructuras según su tamaño y características.

¿Qué es y para qué sirve un vivero de plantas?

El vivero es un conjunto de instalaciones que tiene como propósito fundamental la producción de plantas. Como hemos visto, la producción de material vegetativo en estos sitios constituye el mejor medio para seleccionar, producir y propagar masivamente especies útiles.

La producción de plantas en viveros permite prevenir y controlar los efectos de los depredadores y de enfermedades que dañan a las plantas en su etapa de mayor vulnerabilidad.

¿Cuáles son los tipos de viveros que existen?

Existen 3 tipos de viveros en función del tipo de plantas que producen, así podemos distinguir entre:

– Viveros Agrícolas: cuya función es la de producción de frutales para su venta.

– Viveros Forestales: se encargan de la siembra y cuidado de árboles para reforestar o jardinería.

– Viveros Ornamentales: orientados a la producción de plantas ornamentales.

Por otro lado, dependiendo de su finalidad, los viveros son temporales o permanentes:

– Vivero temporal: Se establece en áreas de difícil acceso, pero están muy cercanos a las zonas donde se realizará la plantación. Su producción predominante es la de plantas forestales.

– Vivero permanente: Es la extensión de terreno dedicado a la obtención de plantas con diferentes fines (reforestación, frutales y ornato).

Producción en un vivero de plantas al por mayor

Antes de iniciar la siembra de semillas en el vivero es necesario tener claro cuál es el método de cultivo que se usará, pues su elección está directamente relacionada con su desarrollo.

La zona de siembra está ubicada en un almacén, donde se realiza la operación de sembrado mediante maquinaria automatizada o a mano. La siembra puede ser mediante el uso de semillas o por propagación vegetativa, normalmente a partir de estacas de ramas, esquejes. Se puede realizar sobre bandejas o sobre contenedores.

La época de siembra se determina según las características propias de las plantas que se quiera propagar, el clima de la región y la época en que se desee realizar la plantación.

El siguiente paso es trasladar las bandejas o contenedores a invernaderos de producción. Un invernadero está dotado, habitualmente, de una cubierta exterior translúcida de vidrio o plástico, que permite el control de la temperatura, la humedad y otros factores ambientales para favorecer el desarrollo de las plantas.

El invernadero se construye generalmente en dirección norte-sur, pues está probado que, en el conjunto del día, la iluminación interna es más uniforme y más constante en este sentido. En definitiva, los invernaderos nos dan un mayor control sobre el ambiente y el crecimiento de las plantas, ya que se puede controlar la temperatura, luz y sombra, riego, aplicación de fertilizantes, etc.

Finalmente, cuando las plantas han alcanzado un determinado tamaño llega la hora de aclimatarlas para que se acostumbren al ambiente en el que van a vivir. Este proceso puede realizarse en el mismo invernadero de producción o en invernaderos de malla adyacentes a este. Suele realizarse el trasplante a contenedores de mayor tamaño en esta fase, para aumentar el desarrollo de las raíces.

Tras este último proceso, la plantas están listas para su venta. En el caso de las plantas ornamentales, se comercializan únicamente con fines decorativos, por sus características altamente estéticas.