Al igual que cualquier otro espacio de la casa, el jardín también necesita que le dediquemos algo de tiempo. Por ello, en este artículo te mostramos las herramientas básicas de jardinería que son impredecibles para mantener tu jardín en buen estado con el mínimo esfuerzo.  

Quitar las malas hierbas

Se trata de una de las labores más habituales que hay que llevar a cabo en un jardín y que puede ser algo muy laborioso si lo hacemos a mano. Lo mejor que podemos hacer es arrancar las malas hierbas de raíz y para ello no hay nada mejor que usar una pala y de paso descompactar la tierra.

Procura que tenga un mango de plástico, para que pese menos o bien uno de madera si la quieres mucho más resistente.

Cortar el césped

En el caso de que tengas un jardín con una amplia zona de césped, una herramienta que no puede faltar es el corta césped. Con esta herramienta podrás darle un aspecto uniforme al jardín sin que sea una tarea muy exigente físicamente.

Podar las ramas

Para llevar a cabo esta tarea podrás utilizar unas económicas tijeras de poda. Dependiendo de la vegetación de tu jardín y del grosor de las ramas deberás utilizar unas tijeras de poda de dos manos o unas pequeñas de mano. Por supuesto, para una mayor comodidad también hay herramientas de poda eléctricas o de gasolina.

Limpiar la capa de fieltro del terreno

El fieltro se desarrolla en el césped cuando los desechos orgánicos se producen con mayor rapidez con la que se descomponen. Una capa fina de fieltro puede tener efectos beneficiosos en el césped, ya que le aporta una capa de aislamiento y resistencia. No obstante, cuando el fieltro supera los 5 mm de grosor, el desarrollo de la hierba cambia.  Esto puede provocar grandes dificultades, ya que impide que el agua filtre bien.

Una de las herramientas de jardinería más básicas y prácticas para quitar esta capa es el rastrillo, que nos ayudará a arañar la superficie y dejarla impoluta.

Regar

Para regar puedes utilizar diferentes herramientas como una regadera, una manguera o un sistema de aspersores. Si utilizas una manguera procura enrollarla después de usarla para evitar que se aplaste. Por supuesto, nunca debe quedar expuesta al sol y además es bueno, cada cierto tiempo, untarla con glicerina.


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