Las plantas requieren una serie de nutrientes para desarrollarse correctamente y tener buena salud. Por lo tanto, es necesario abonar las plantas de forma regular. Qué abono conviene utilizar, cuándo y cómo aplicarlo son algunas de las preguntas que vamos a responder en esta entrada de nuestro blog.
¿Cuántos tipos de abonos existen?
Los abonos líquidos y solubles son los más utilizados para plantas de interior, aunque es necesario que se disuelvan en el agua de riego, ya que regar la planta directamente con el abono puede resultar letal. Esto se debe a que los nutrientes se encuentran muy concentrados y en disposición de ser absorbidos por la raíz. Sin embargo, son un tipo de abonos muy cómodos de aplicar, desarrollados para ser utilizados frecuentemente (semanal o quincenal en la mayoría de casos). Además, están especialmente indicados para plantas de origen tropical.
Los abonos orgánicos están creados con productos naturales y son los más respetuosos con el medioambiente. Su principal ventaja es que, además de fertilizar la planta, enriquecen el suelo en el que los usemos. Sin embargo, presentan el inconveniente de que son bajos en nutrientes, por lo que tendrás que utilizar más cantidad que con otros fertilizantes o bien complementarlos con abonos minerales.
El fertilizante de clavos es un abono mineral de liberación lenta que proporciona los elementos necesarios para las plantas. De este modo, las plantas obtienen todos los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo, crecimiento y floración.
Los abonos granulados son otro tipo de fertilizante de efecto lento, es decir, se asimilan poco a poco y no nos obligan a estar realizando abonados frecuentes, como en el caso de los líquidos. Por ello, con 2 ó 3 aplicaciones al año puede ser suficiente.
¿Cómo y cuándo se deben abonar las plantas?
Para efectuar el abonado realiza una zanja en el perímetro de la maceta. Aplica la cantidad de fertilizante recomendado al reverso del envase, según la altura y capacidad de la maceta. El fertilizante debe aplicarse pegado a las paredes de la maceta, lo más alejado posible del tallo para evitar dañarlo.
Por otro lado, el abonado de las plantas de interior debe ser muy frecuente durante los meses de floración o aquellos momentos en que la planta se encuentre desarrollándose. Sin embargo, mientras la planta se encuentra descansando será mejor aplicarles únicamente abono cada dos meses.
¿Cómo saber si una planta necesita abono?
Cuando en el sustrato hay pocos nutrientes, las hojas aparecen descoloridas, pálidas, la planta no crece y está poco densa y tupida. Por el contrario, un exceso de nutrientes puede ser también perjudicial, ya que da lugar a quemaduras, tallos larguiruchos y débiles o también, a una floración escasa si se trata de un exceso de Nitrógeno (muchas hojas sin flores).