En esta entrada de nuestro blog te traemos un listado de consejos con el objetivo de evitar que las hojas de tus plantas se vuelvan amarillas y finalmente se sequen.
¿Cuál es el motivo de que las hojas se vuelvan amarillas y las puntas se sequen?
En realidad esto puede deberse a varios motivos, las plantas se estresan debido a que no reciben la cantidad de agua suficiente (es el motivo más común), las raíces están muy apretadas y por ende no alcanzan agua o porque el suelo retiene agua y daña las raíces.
También puede deberse a la calidad del agua utilizada para regar. Si vivimos en una zona con aguas duras, lo que es habitual en buena parte de la península, el agua con la que regamos tendrá una concentración de cal.
Otra causa, que suele afectar más a las plantas de exterior, son los cambios de temperatura extremos. Días muy soleados, extremadamente cálidos y secos pueden producir quemaduras en las partes más sensibles de muchas plantas. En el caso contrario con las heladas, provocan congelaciones en las plantas, seguidas de la muerte de los tejidos afectados e incluso de toda la planta.
¿Cómo evitar que las hojas se sequen?
Como hemos visto anteriormente existen muchos motivos que pueden provocar que las hojas de tus plantas presenten tonos amarillos o color café. Sin embargo, si sigues los siguientes consejos tus plantas estarán siempre verdes y saludables:
1. Conoce las necesidades de tus plantas
Antes de adquirir una nueva planta es recomendable que te informes de los cuidados que necesita, especialmente los relacionados con el riego. El exceso o la falta de agua son los motivos principales que pueden provocar que una planta se seque.
2. Ten cuidado con el sol
Es imprescindible cuidar la incidencia del sol sobre las plantas. Por ejemplo, no riegues esparciendo agua por las hojas durante las horas más calurosas del día, ya que se crea un efecto lupa por el agua que se deposita sobre las hojas y que incrementa la acción de los rayos del sol.
3. Deja reposar el agua 48 horas
Como es habitual, si utilizas agua del grifo para regar, es recomendable dejar reposar el agua durante 48 horas en un recipiente grande como un cubo o una olla. Con ello conseguirás que se evapore la mayor cantidad de cloro posible.
4. Realiza un mantenimiento a las hojas
Limpia las hojas para eliminar el polvo y la suciedad que no dejan respirar a la planta. Pulverízalas con agua jabonosa y aclara luego. También es necesario que quites las hojas y flores secas, porque absorben agua y hacen que la planta «viva» no se pueda desarrollar.
5. Abona tus plantas con posos del café
Los posos del café son bastante ácidos y ricos en nutrientes para las plantas. Usados puntualmente como capa de abono acidifican el suelo y así evitan que las aguas duras suban el pH.
6. Evita las plagas y enfermedades
Hay que tener especial cuidado con las plagas y enfermedades típicas del calor. Lo mejor es aplicar regularmente los tratamientos adecuados contra parásitos, así como el insecticida y los fungicidas. Eso sí, realiza estos tratamientos en las horas menos cálidas del día.
7. Cuida de que no le falten nutrientes
Las plantas requieren una alimentación rica y variada, que le aporte todos los nutrientes que necesitan. Y si tu planta se está secando quizás se deba a que no está recibiendo suficiente alimento, o de la calidad que lo necesita. Prueba añadir fertilizante de a poco, o cambia parte de la tierra de la maceta por tierra nueva bien abonada.