A pesar del clima subdesértico de Almería, existen multitud de plantas para jardines que puedes utilizar. Sin embargo, para tener un hermoso jardín es necesario conocer cuáles son las condiciones climáticas a las que deberán enfrentarse las plantas que vas a plantar en él.
Plantas para jardines de Almería
El clima de Almería
En las zonas inferiores de Almería (zona costera) posee el clima Inframediterráneo o Mediterráneo-Iranio, caracterizado por ausencias de heladas y unas precipitaciones tan escasas que podría hablarse de desierto árido, siendo el Cabo de Gata el lugar donde menos llueve de la península ibérica.
Asimismo, el Desierto de Tabernas es, técnicamente, el único desierto árido del continente europeo, lo que le confiere características naturales únicas que le valieron convertirse en escenario del rodaje de multitud de películas.
En cuanto a las zonas del interior, es un clima mediterráneo suavizado por estar rodeado de montañas. La temperatura media anual ronda entre los 18ºC y 20ºC. Los veranos aunque son calurosos están matizados debido a la proximidad al mar. Las precipitaciones son escasas y se producen principalmente en primavera y otoño.

Mejores plantas para el clima de Almería
Llegados a este punto, puede parecer que la única posibilidad es tener un jardín formado por cactus y suculentas. Sin embargo, existen multitud de plantas que se adaptan bien al clima Mediterráneo o al subdesértico.
1. Arbutos
Los arbustos tienden a ser las especies con más éxito en un jardín debido a su tamaño más o menos acorde con las proporciones del jardín o terraza. Para un clima mediterráneo y de fácil mantenimiento: Lavanda, El Romero, Crisantemos o Margaritas.

2. Geranios
Existen un montón de tipos de geranios. Todos ellos son de hoja perenne por lo que aguantan a la perfección los climas cálidos y pueden llegar a florecer durante todo el año.
En cuanto a su cuidado, es necesario que reciban mucho sol, siempre que el riego sea el adecuado para que no se quede sin agua. Sobre todo en verano donde el riego tiene que ser más abundante aún.

3. Pentas
Es una planta originaria de África que se puede cultivar perfectamente a pleno sol. También tolera bien la sombra parcial. Sin embargo, esta planta no resiste las heladas y se debe proteger del frío (temperaturas mínimas entre 10-15 ºC).

4. Gazania
Gazania es un género de plantas perteneciente a la familia Asteraceae. Muchas de las especies de este género se utilizan como plantas ornamentales. Otras a menudo cultivadas para repoblar suelos áridos por su tolerancia a la sequía.
Estamos ante una bella y sencilla planta oriunda de Sudáfrica, aguanta las condiciones más inhóspitas: sol fuerte, calor extremo y suelos pedregosos.

5. Buganvilla
El género Bougainvillea, conocido con los nombres comunes de Buganvilia, buganvilla, bugambilia, papelillo, Napoleón, veranera, trinitaria y Santa Rita, es un género de plantas de la familia Nyctaginaceae originarias de los bosques tropicales húmedos de América del Sur.
Esta planta trepadora resistente al sol es de las que mejor y más abundantemente florecen cuanto más sol disfruten sus tallos. Además el espectro de usos que ofrece es amplísimo, desde recubrir pérgolas y celosías, hasta forrar fachadas y muros.

6. Adelfa
La adelfa es un arbusto que puede llegar a alcanzar los 4 metros de altura y posee una corteza de tono gris y marrón. Sus flores tienen un fragancia muy intensa y destacan por su diverso colorido que va desde las blancas hasta las rojas pasando por las amarillas.
Es muy resistente a las sequías gracias a sus raíces, que siempre están buscando agua, por lo que no será necesario regarla a menudo. El riego se hará únicamente en periodo estival, ya que con el agua de la lluvia de otras épocas es suficiente.

7. Clivia
La clivia es una planta clásica de patios y portales. La razón de su popularidad se debe a lo fácil de su cultivo y a su atractiva floración anual. Necesita abundante luz solar, pero a diferencia de las plantas anteriores, la luz no debe ser directa o por lo menos, no durante todo el día.
En cuanto al riego, durante el invierno dejaremos de regar la planta hasta febrero, cuando salga la vara floral y volveremos a regarla aumentando los riegos de forma gradual hasta el verano, época en la que necesita más agua. A partir de otoño iremos disminuyendo el riego hasta llegar al invierno y suspenderlo de nuevo para iniciar otro reposo.
